lunes, 1 de enero de 2007

Primer día de enero

Inevitablemente ya estamos en el año dos mil siete de la era cristiana.
Suma y sigue, Universo.
No por ser día 1 de enero vamos a tener que imponernos metas ni apostar por promesas que raramente vamos a cumplir, ni tenemos porque poner nuestra mejor intención en llevar a cabo esas ya rancias cuestiones que a fin de cuentas bien sabemos que tampoco esta vez van a ser posibles.
Pero estoy segura que vamos a caer nuevamente en la tentación. Quien más y quien menos hemos (per)jurado hacer esto o aquello desde el mismísimo instante que asoma por la rendija de la puerta el flamante Año Nuevo. Y también quien más y quien menos olvidaremos, pasados unos días, esos firmes y sinceros propósitos que llevábamos posponiendo desde hace meses e incluso años, tales como dejar de fumar, comenzar la dieta, dejar de chatear, escribirle a no sé quien, decirle a no se cual que esto se acabó, comprar aquello tan caro, deshacernos del mueblecito hortera de la entrada, ir a visitar a la tía que lleva desde el 2001 en la residencia (y que la pobre va y fallece el día 12 de enero, precisamente la semana que teníamos previsto ir a verla, mecachis) y... un sin fin de cosillas de andar por casa que no tienen mucha más trascendencia en nuestro quehacer cotidiano. Y si la tuviera es un poco igual porque las promesas incumplidas de alguna manera son inherentes al ser humano, aunque sea uno mismo el remitente y el destinatario de ese compromiso.
De todos modos mucho más importante que todos estos pequeños deseos domésticos que vierten y revierten en uno mismo, son aquellas otras cuestiones que atañen al mundo y que provocan dolor, mucho dolor, pero que no hay manera humana de erradicar. Y si la hubiera (que la hay) no es nada rentable. No es nada rentable para la boyante economía occidental evitar que se mueran niños y adultos de hambre, de sida, de balas... Tres argumentos estos que cuestionan la moralidad de los que vivimos a este lado del planeta.
Desearnos felicidad, paz y amor entre nosotros, es fácil. Lo difícil es deseárselo a ellos...

13 comentarios:

Llanos dijo...

Querida amiga:Cuánta razón tienes! Qué fácil resulta decir a los nuestros "feliz año nuevo", pero que hipócrita resulta deseárseo a ellos.

Un beso grande, reina mora.

Anónimo dijo...

Querida vecina el 2007 será tu año, ya lo verás. El mar está precioso y tranquilo, anímate y vente a vernos.Sus Majestades dejarán: buenos deseos y detalles para todos. Un abrazo de parte de las chicas.

Arthur dijo...

Ay Angelusa, por desgracia eso siempre pasa, ya no es novedad.

Y tampoco hay la posibilidad de corregir eso, ó por lo menos pasarán como 20 años luz para eso.

Pero lo que yo digo acá en vuestro blog, y en el de Tere y todos a los que leo, y también en el mío, digo la verdad.

Saludotes, abrazotes y verdades y beostes.

Sweet Dreams, de todo Corazón:
Arthur

Arthur dijo...

Por cierto Angelusa, gracias por imaginar que huelo a colonia de bebé, jaja!

Molto Grazzie.

Saludotes, abrazotes y besotes.

De todo Corazón:
Arthur

Ángela dijo...

Llanos, buenos días. Un beso para tí, primera dama.

Hombre, ¡mis vecinas! Vaya heladita hay esta mañana aquí,guapas. La estoy viendo ahora mismo; es de esas que hacen época.
Desde luego que no me importaría ir a veros ahí, al mar... ¡ah, la mar!, pero... no va a poder ser de momento.
Un besito para todas, especialmente para la señorita pequeña.

Ángela dijo...

Arthur, buenos días campeón. Muássssss.

Anónimo dijo...

Primero, enviaros a todos los comentaristas y lectores del blog de gelu, un primer abrazo en este 2007.
Sí, Gelu, me reconozco tristemente entre esa parte humanidad que profesa el "ojos que no ven..."

Sí, ese sería un buen propósito para 2007.

Anónimo dijo...

¡Pues vaya...!. Había decidido escribir algo sobre los despropósitos del nuevo año. Menos mal que me he dado una vuelta antes por aquí..¿o ha sido peor?. Parece que tenemos "telepatutía", guapa. En cualquier caso, está perfectamente plasmado en tu precioso "diario" lo que yo pudiera haber escrito en el mío.
Te dejo en esta hoja el primer beso del año. Seguirán muchísimos más.

Anónimo dijo...

To be continued....

Ángela dijo...

Arroba, muchas gracias, ya sabes que, el doble, para tí. Y sí, ojalá se cumpla el propósito mencionado.
Muássss, guapa. Hasta luego.(Y cuando digo hasta luego, quiero decir hasta luego, eh).

Nac, querida, muchas gracias por ese primer besito, hija, que sabe a mazapán. Acabo de llegar a casa y no había leído hasta ahora lo que me pusiste en en MSN. Cawen10 qué contrariedad, pero bueno... todo se andará.
¡Me encanta tener telepatutía contigo!
Me voy a casa de Arroba, ¿te apuntas? Sniffff. Un besito coraçao.

Nacho Montoro, ¿después de la publicidad?
Por cierto, aunque nunca te lo he dicho, me gustan mucho tus pajaritas de papel.

Sebastián Puig dijo...

Propósito 7 de nuevo año: seguir navegando para encontrar espíritus afines. Y, puesto que siempre te veo en casa de Teresa, al otro lado de su ventana, me dispongo a enviarte un fuerte abrazo desde la capital. Además, decirte que tu blog ha sido una agradable sorpresa que pretendo seguir frecuentando.

Isabel Barceló Chico dijo...

Querida angelusa: hace tiempo que yo ni hago repaso del año ni propósitos para el que entra. No sé por qué, quizá por dejadez. En cuanto a esa economía global (o también podemos llamar capitalismo salvaje)que parece alimentarse del hambre y las desgracias ajenas, no se le ve el final... Ojalá este año pueda ser mejor, pero lo dudo. Besos, querida amiga.

Ángela dijo...

Rythmduel, abrazo recibido y retribuído. Y sobre todo muchas gracias. Tu si que eres un blogero de pro (lo sé porque aunque nunca te he dicho nada, conozco bien tus escritos),y es un verdadero placer verte también por aquí.
No es mal sitio para reuniones la casa de Teresa, es buena anfitriona, ¿verdad?

Isabel, ojalá que el capitalismo salvaje (qué acertada definición) este año empiece a suavizarse, aunque yo también tengo mis dudas. Hay tantos intereses...
Y bueno, en cuanto a propositos, tampoco es que sea yo muy dada a ello, entre otras cosas porque alcanzo muy poquitas veces el final y me desespero conmigo misma. Y acabo odiándome. Por eso es que he decidido que sobre el terreno me propongo cosas, nada de a medio o largo plazo, y aún así... En fin, querida Romana, un beso grande.