miércoles, 20 de octubre de 2010

Materia



Moriré sin patria y sin dios y mis restos alimentarán árboles o malas hierbas. Seré materia y quizá un pájaro (en su pico o en sus intestinos) transportará al otro lado del mar una brizna de mí.
Tengo fiebre y no paro de toser.
Cuando tengo fiebre me da por redactar y en vez de párrafos escribo ensoñaciones. Esta mañana, por ejemplo, pude entrar en la pirámide de Keops y paseé a mis anchas por entre las cámaras, saludando a tantos tutankamones como me iba encontrando en el camino. Al final descubrí un túnel que me llevó al centro de El Cairo y allí me perdí entre aromas y colores hasta que a las dos y cuarto alguien entró a mi habitación por si quería comer algo, sustrayéndome de mis asuntos; con un puré de verdura repuse fuerzas y volví a ellos, pero ya estaba tan lejos de Egipto que opté por poner la televisión. Repasé uno por uno los veintitantos canales. Nada, no había nada que fuera de mi agrado y preferí dormir.
Hay quien dice que lo que duermes no lo vives, pero es que a mi me gusta dormir, ¿será grave, doctor?