sábado, 20 de enero de 2007

De ausencia de voluntad y ruínas

Foto: Ruínas de Escuela de Lober (Zamora)

No sé porqué nunca tengo tiempo de hacer nada si me paso el día encaramada en los Cerros de Úbeda.
Me apetecería ser más organidazita, utilizar mi tiempo en función de las cuestiones que me urgen y no dejar todos los asuntos apilados, para mañana, en montones imposibles de descifrar varios días después. Pero de eso nada, monada; suelo utilizar mi ociosidad, que son horas y horas al cabo del día, para levitar, para navegar por entre los mares de mis fantasías, para perderme en los bosques intransitables de mi imaginación, para predefinir lo indefinible en el bloc en blanco de mi mente cuadriculada.
Sería estupendo (casi un sueño) tener los cajones colocados, los títulos perfectamente localizables en las estanterías, la ropa de invierno y la de verano separada, los números de teléfonos y direcciones por riguroso orden en una agenda (aunque fuera de propaganda) y no esparcidos por papeles que nunca más tienen utilidad porque están diseminados de la manera más anárquica en los sitios más insospechados, y que cuando los busco nunca aparece el que necesito.
El caso es que me fío de mi buena memoria a sabiendas que ni es buena ni es memoria. Eso es autoestima, si señor, lo demás son tonterías.
Por otro lado, la organización excesiva me saca de mis casillas, me rompe, me quita vida. Un término medio no estaría mal. Pero... ¿cómo se logrará? Eso tiene que ser lo máximum, un placer que trasciende los límites del goce para adentrarse en el fantástico mundo (por otro lado prosaico mundo) de las cosas en su sitio, sin sobresaltos ni desesperaciones por no encontrar las llaves de repuesto del Clío, porque las que uso habitualmente las dejé no se sabe bien dónde. Me refiero a esa sensación post-orgásmica que hace que te sientas a punto de empadronarte, para siempre, en el paraíso de la satisfacción más absoluta.
Buscar entre mis cosas un cedé determinado, por ejemplo, es una batalla perdida de antemano. Acabo grabándolo de nuevo y gano tiempo. De ahí que a veces me junte con cuatro idénticos. Y por falta de fundas de estas múltiples que puedes meter hasta 50 que no sea, que tengo una buena pila de ellas. Pero ¿quien es la guapa que se pone a colocar uno por uno, eh?.
Y hablo de cedés, porque si hablara de cosas importantes, me pasa otro tanto de lo mismo. Y en ese terreno es mejor que no entre porque me acabo tirando de los pelos.
Este escrito me lo escribo para ver si se me cae la cara de vergüenza. Claro que de no habérseme caído me parece a mí que ya no va a ser posible, porque lleva muchos años sobre mis hombros y me da que ya ha echado raíces profundas en esta holgazanería que me precede.
Necesito un término medio urgentemente, ese que permite también controlar la propia vida antes de que se convierta, definitivamente, en una ruina. ¿Sabrá alguien el truco? Digo truco y no teoría, porque las teorías me las sé todas.

17 comentarios:

nac dijo...

Siento no poder ayudarte, Ángelusilla. Las cosas importantes las tengo más o menos controladas, gracias a que descuido las no importantes. Cuanto más lio tengo, mejor me lo monto. Pero no me preguntes cómo lo hago, porque ni yo misma lo sé.. Lo único que puedo decirte es que, me parece, que tu estás perfectamente organizada dentro de tu desorden.
¿Lo pillas, guapísima?. Un besote.

La de la ventana dijo...

Uys, Angelusa. Mala consejera soy en esto, porque yo necesito el orden físico para tener orden mental, así que lo busco y lo encuentro... por la cuenta que me trae.

Ángela dijo...

Pues vaya par de asesoras, señoritas Nati y Teresa... Aunque he de reconocer que tras vuestras reseñas, se me ha estimulado un poco mi aletargada responsabilidad. A veces mirarse en espejos ajenos surte efecto. Gracias, guapas.

Anónimo dijo...

Tengo un truco infalible, no es que lo practique, no, pobre de mi. En esos trances también me debato en la dicotomía kaos-orden aderezada con sentimiento de culpa, arrepentimiento profundo, propósitos de la enmienda (a ver, la tradición judeo critiana que nos marca...) y permanezco en mi contradicción como puedo. Pero el truco lo se...si, lo se.
¿Quieres saberlo tu tambien Angi? Si...¿De veras? mira que adicciona, te encariñas con él y luego pasa lo que pasa...
Bueeeeeno, ahí va. Un buen secretario, educado en la Escuela del Orden y el Concierto ;-) Pero mi sueldo no da para ello. ¿O cómo te crees tu que se lo monta la gente que nos deslumbra con su arte y su eficiencia de alto standing...? Pues eso...con un buen secretario...Me lo pido para la próxima reencarnación, o para la bonoloto que estás en los cielos....
Renatta

Arroba dijo...

Que para qué sirve el desorden?
pues para saber lo bueno que es el orden.

juanmi dijo...

podrías pobrar alquilar un pequeño apartamentito en la tierra media,cn elfos o sin elfos, jejeje...
a mi querida amiga, me sucede lo mismo, yo trato de sacar conclusiones, puede ser que seas una persona contemplativa, pero tambien es verdad que un vuelco al corazón no le viene mal...
pero a fin de cuentas, le llaman virtud al equilibrio, al termino medio dichoso...
ellos tienen razón, tal vez tuviera que tener al menos los libros ordenados en la estanteria, pero
tal vez, me quede pensando como los tengo que ordenar hasta quedarme sin tiempo.
enhorabuena angelusa
1 beso enorme desdde la comunidad del anillo, ah por cierto, si a mi ni me gusta esto del anillo, bueno da igual, me quedare pensando porque dije esto.
otro beso
juanmi.

Anónimo dijo...

¿Quieres saber el truco, Angela? Te lo he dicho cienes y cienes de veces: tiraaaaarlo tooooodo ... y vuelta a empezar (ya sabes, el consumismo).
Besos.

Javier dijo...

Hola Angelusa.

¡¡Mira que creo que nos engañas!!.

No tienes más que leerte a ti misma, el orden en el que nos has contado todo esto, cada cosita en su sitio.

Además, el orden es algo muy subjetivo... que va con la personalidad. Por lo tanto, yo te veo muy bien con tu 'desorden'... disfrútalo.

Besos y ya sabes... estoy a tus órdenes.

Gusthav dijo...

Vaya Angelusa, mirá que yo también soy muy desirdenado así que no podría darte consejos, pero puedo darte una opinión: Yo creo que comprando un mueble más podés acomodar tus cosas (pueden ser libros, libretas, videos, CDs ó lo que quieras) para localizarlas rápidamente.

Espero haberte sido útil. Saludos, abrazos y besos.

Nice Day, con toda mi Alma:
Gusthav

Arthur dijo...

Pues bueno Angelusa, que te digo, el desorden es feo, pero estresa mucho ordenar las cosas y que luego te las muevan tantito.

Si te sirve de algo, lo que hago yo es acomodar mis cosas viejas en una caja y luego guardarlas en el sótano y en el desván. Así, tengo más espacio para acomodar mis cosas nuevas, pero no importa si se me cambian de lugar porque será más fácil buscarlas.

Saludotes, abrazotes y besotes.

Sweet Dreams, de todo Corazón:
Arthur

Ángela dijo...

Renatta, qué ilusa eres, alma cándida...

Arroba, o para desesperarse ...

Juanmi, jejejejeje, a veces el desorden hace que también confundamos nuestros propios términos.

Quetta, hala, hala... a tirarlo todo y luego a... las rebajas a ver si hay algo nuevo, ¿no? Y así hasta el fin de nuestros días.

Javier, que no, que no, que no soy ordenada. LO que si me gusta es la estética en las cosas, la armonía en las formas. Pero debe ser en las que se ven... (mira mis cajones y luego opinas).

Gusthav, seguramente que existe alguna teoría, o la acabarán inventando, que diga que a más cantidad de estanterías, más cantidad de trastos. Gracias por intentarlo, hombre.

Arthur, tengo el desván lleno de cajas, cajas y cajas por todas las esquinas. Son moias, pero ya no recuerdo qué es lo que guardé. Como solución no kme sirve. Pero gracias, eh.

UN besito para tod@s.

Isabel Barceló Chico dijo...

A mí me pasa como a tí, angelusa, que tengo todo a mi alrededor bastante desordenado (sobre todo, la ropa y los papeles) pero en la cabeza hay bastante orden. ¿Y si te pones a ordenar la casa y el revoltijo se te mete en la cabeza y te vuelves loca? ¿Y si luego te miras al espejo y no te reconoces? Déjalo estar, querida amiga. Cómprate una libretita para apuntar las cosas importantes y cuégala de un cordel en la cocina. Y sé tú misma. Mira, creo que me ha quedado tan bien este consejo, que me lo voy a aplicar ahora mismo. Besos (pero no los pierdas).

Anónimo dijo...

Buenoooo,,,!!! aquí llega el paradigma del caos a contarte lo que a mi me han contado en (ya van tres) cursos de organización personal y gestión del tiempo, sin que hayan logrado en mí otro resultado que el sentirme el más mediocre de los malos....

LLEVA AL DÍA UNA AGENDA. En ella has de escribir (por adelantado, que no vale rellenarla a toro pasado...). Asigna prioridades a las tareas y tiempo determinado a cada cual, respetando la asignación y evitando a "los ladrones de tiempo" (Ejemplo: entro a ver lo que escribe Angelusa sin tenerlo progrmado, pero es que me encanta... jejeje)

En fín, que a ver cuando nos coordinamos y encontramos tiempo ambos para quedar a mejorar nuestra eficacia. ;-)))

Ángela dijo...

Isabel, vas a tener razón. Anda que comno se instale dentro de la cabeza de una el orden y luego sea todo tan lineal que de grima... De todos modos, lo de la libreta, y los posit, y la pizarra en la cocina, tampoco me funciona. Quizás yo tenga que ser desordenada por naturaleza.
Besito, Romana.

Calaito, ese sistema camina paralelo a mi, sería imposible que lo hiciera y menos aún, cumpliera. Nunca sé realmente cuales son mis prioridades.
Eso, a ver cuándo quedamos. Yo estoy en la Villa, sólo tienes que venir y ...
Un besito para mientras tanto, paisano.

Anónimo dijo...

Angelusa, el día en que te vuelvas ordenada, dejaré de ser tu amiga. He disho.

Ángela dijo...

seguiremos siendo amigas de por vida, Arare, porque lo de llegar a ser ordenada es ...misión imposible :-)*

Anónimo dijo...

Ese es mi pueblo