sábado, 5 de marzo de 2011

Con el tiempo


Esa puta manía que tienen las nubes de no dejar de moverse va a hacer que me destroce los labios de tanto mordérmelos.
Con el tiempo, una se acaba volviendo un poco más estúpida que de costumbre mientras que esa necesidad ancestral de comunicarse entre pares queda relegada a un cuarto con un ventanal enorme que da al pinar, y sobre el pinar un cielo cargado de nubes nerviosas que van a acabar conmigo sino anochece pronto, y cuando anochezca echaré de menos el cielo azul y lamentaré haberme liado a tortas con ellas; qué culpa tendrán las nubes de mis desvaríos.
Tengo aquí un espejo y me da vergüenza no verme como quisiera. 
Sobre la mesa camilla hay unas zapatillitas y un par de muñecos de peluche y me pregunto si mereció la pena haber nacido. Un francotirador me observa desde la parte de atrás del edificio y, aunque no lo veo, de nada sirve esconderme; por eso sigo en la ventana, observando el vuelo perfecto de un ave mientras dentro de mí cabeza se agita un cubilete aún  sabiendo de antemano que tengo perdida la partida.

1 comentario:

Mafalda dijo...

Pero... ¿esa partida era la última? ¿estás segura?
Puede que este día no fuese tu mejor día: muchas nubes nerviosas, espejos que reflejan imágenes no desadas, que si noche, que si día y una vuelta a pertenencias infantiles entre los dados de un cubilete; pero seguro que los han tenido peores.
Asoma la primavera...
Besotes de brotes tiernos.