miércoles, 21 de marzo de 2007

El campanario como metáfora

FOTO: Madrid, calle Alcalá
Las ciudades grandes tienen casi de todo.
Casi de todo excepto tranquilidad en sus calles, porque la gente siempre va con prisa. El reloj de las pobladas urbes se encoje y los viandantes se contraen hasta embutirse en su propia silueta. Sólo al intentar cruzar la calle, como si de un milagro urbano se tratara, sólo en ese instante se paran sus sombras, y esas sombras se relajan durante minuto y medio en la acera. Ese minuto y medio es el tiempo que tarda en ponerse otra vez en verde el semáforo de peatones.
Los habitantes de los coches de las ciudades inmensas van tan deprisa que carecen de sombra. Ni tan siquiera el minuto y medio rojo le permite noventa segundos de relajación: la mano en la palanca de cambio, el pie izquierdo clavado en el embrague, el derecho a escasos milímetros del acelerador y la mente tres calles más allá.
Las ciudades inconmensurables, por lo menos en sus zonas antiguas, suelen ser bonitas. Pero sus vecinos no se paran a mirar, por ejemplo, los campanarios porque en esas mega poblaciones no hay más que azoteas cuadradas que no se ven desde abajo. Las metrópolis modernas carecen de campanarios, pero tienen terrazas que casi nadie usa, salvo los chicos del servicio técnico de vía digital. Y aunque hubiera campanas, quién iba a escuchar sus tañidos, si los tubos de escape y los motores diesel absorben el silencio de la tarde. Es verdad que hay monumentos grandiosos, suntuosos palacetes, soberbias catedrales de otras épocas que nos recuerdan que las horas, los días, los años, los siglos perfectamente pueden permanecer para siempre esculpidos sobre tierra firme, sin necesidad de ir contra reloj. De no haber sido así, no hubiéramos gozado nunca de de esas solemnes obras arquitectónicas, cuya estética enriquece los ojos y el espíritu de quien las observa detenidamente. Ahora las fabrican con estructuras metálicas y cristales, conformando edificios que tienen los años contados…
Sobre las aceras amplísimas de las gigantescas ciudades la gente más que caminar, corre sin verse, sin mirarse ni tan siquiera al pedir disculpas por un empujón involuntario. Nadie mira a nadie a los ojos, ni nadie le inventa a nadie una nueva biografía de 15 segundos sobre el terreno. A mi me gusta inventarlas. Debe ser porque vivo en un pueblo y ando sin prisas; además, la ciudad que me corresponde es pequeña y tranquila, prestándose de maravilla ambos escenarios a mis veleidades biográficas.
Es cierto también que existen reductos verdes bien cuidados en esas capitalazas, con arboledas y metros y metros de setos bien peinados, y quizás con estanques y patos, pero... sometidos a un horario que le resta encanto a la noche. La antítesis de la naturaleza libre es… son las verjas ciegas en los parques y jardines municipales, con cerraduras infranqueables y dos guardias de seguridad uniformados en la puerta por un más que probable “por si acaso”... Por si acaso entraran los enamorados a hacer el amor a la hora de la luna, sobre el mantillo recién extendido por operarios del ayuntamiento, y aplastaran las petunias con sus revolcones amorosos. O por si acaso se le ocurriera entrar a un poeta solitario, convocado allí por sus musas al amanecer para dictarle el mejor de sus poemas.
Las ciudades modernas y amplias, caigo ahora en la cuenta, tampoco tienen sensibilidad.
(La foto es de calle Alcalá, de Madrid, en una mañana de entrañable recuerdo de la primavera pasada. Sin coches y a penas gente… Inédita imagen, producto de la casualidad)

41 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso es un lujo, Angelusa. Hace muhos años que yo no veo Valencia así, como cuando era niña.

Talín dijo...

Quizá de casualidades también están hechas las genialidades. Hermosa foto. Tan hermosa que me ha asustado: Entré en tu blog y me salió una foto enorme ocupando todo el ordenata. Luego le volví a dar y ya se puso en una medida más acorde con el texto que luego venía. Como diría uno de mi pueblo: ¡Qué bien escribes, joia!
Y desde luego expresas mi sentir con respecto a esas megas. Ya sé que no todos opinan así. Pero yo estoy contigo.
Y para terminar, y en relación a esto de la velocidad, recuerdo a un pariente mío que vivía en Madrid precisamente; cuando llegaba en el verano al pueblo e íbamos a Zamora no tenía un accidente porque 'dios es bueno', que diría un creyente. Claro, acostumbrado al ritmo trepidante, al ajetreo febril de su ciudad, casi se daba de morros con el vehículo que iba delante, que siguiendo su cotidiana velocidad zamorana no advertía de la impaciente y agresiva velocidad madrileña. ¡Y claro, bronca diaria!

Talín dijo...

Ah, por cierto: si la bandera que aparece en el edificio fuera tricolor, sería aún más hermosa

Anónimo dijo...

La sensibilidad de los sitios, su alma, está en el recuerdo de lo que se ha vivido y sentido en ellos. Yo también guardo un lindo y inolvidable recuerdo de esa primavera en Madrid.

Moony-A media luz dijo...

Pues parece que por tu café pasamos gentes similares. Mi ciudad no es grande (Bilbao, que creo que nunca lo he dicho) pero sí que tiene complejo de megápolis. Tan seria... y eso que algo va cambiando de aspecto, poco a poco, pero con ínfulas de gran ciudad, construyendo edificios acristalados e inmensos. Pero, al menos desde mi casa, se oyen las campanas :) no de un campanario, claro, sino del reloj de la BBK, pero si estás con los ojos cerrados, hasta te puedes imaginar que te sobrevuela alguna cigüeña.
Me gustan las terrazas, las azoteas, los huertos, pero, claro, no tengo :) me conformo con un mirador lleno de plantas.
Y, sí, la gente siempre está corriendo, mirando el reloj, hablando por el móvil, aunque los parques no cierran por la noche. Pero eso da igual, no hay quien vaya por allí caida la noche. Te desplumarían cuando se van a casa los paseantes de perros.
Es un quiero y no puedo de ciudad :)
Me gustan los pueblos en los que la vida discurre al ritmo que cada uno le marca.
Y me gustan los naranjos, las buganvillas, los hibiscos, las margaritas de centro azul, los geranios, los helechos...
En fin... :) ya me callo.

Por cierto niña, estoy intentando dejarte un comentario en el último de poema de tu cuaderno, pero ha desaparecido el lugar donde ponerlos. No sale :S
Continuaré intentándolo.

juanmi dijo...

querida angelusa, que tal todo...bueno decirle que me encuentro tras una breve pelea con la informatica, con otro post de los tuyos...que lujazo.

advierto que en breve seremos por aquí un batallón de personitas que andan amando las letras... por lo cual, quiero resumir mi comentario a una pregunta...

¿por qué la ciudad nos esconde su cielo?

enhorabuena por tus letras y 1 beso enorme

p-d: me ocurre lo mismo que a moony en tu poema... ahhh y te has enterado al final sobre que iba su poema, ese que solo sabía él.

que cotilla soy!!!!

Ángela dijo...

Vuelo rasante, y eso que Valencia, a parte de mar, tiene zonas mágicas.
Un saludo

Talín, a veces las páginas hacen cosas extrañas. Como los humanos.
Muchas gracias, guapo, voy a acabar creyéndome las cosas tan bonitas que me dices... Tu sí que escribes bien, joío.
Sí, sí, los cuñados que viven en Madrid suelen venir al pueblo un pcoo subiditos de tono.
¿La bandera? Pues es que ya sabes que esa calle está llenita de oficinas y eso... sin duda que la tricolor hermosearía más el panorama.
Por cierto, Talín, lee lo que te dejé puesto ayer en la entrada anterior, anda, hijo mío. Y... ¡VLR!

Adane, niña mia. Ese instante mismo de la foto es en el que nos dirigíamos al Thyssen. Un besito.

Moony, ¡kaixo! Estando con los ojos cerrados, se puede una imaginar tantas cosas...
Es que no hay nada mejor para el espíritu que la ausencia de prisas,el poder saborearlo todo con deleite.
Ya controlé lo de Cuaderno de Poemas. A veces Blogger se pone medio tonto, oye.
Un besoooo

Anónimo dijo...

Jajaja, pues yo estoy lejos... Sin embargo no puedo negar ese imán que tienen las calles dibujadas entre edificios, las luces y ríos de gente con o sin destino...

Besos madrileños angelusa :)

Ángela dijo...

Juanmi, ¡hola! Nos hemos cruzado en el camino. ¿Problemas informáticos? Cuando le da por tocar las narices, la tocan bien.
No es la ciudad quien esconde su cielo, sino la desidia de algunos ciudadanos empeñados en no mirar nunca a las nubes, sino al suelo, con el único afán de encontrar riquezas materiales.
Muchas gracias, Juanmi, compañero de palabras. Y bueno, que me pongo colorá con lo que me dices, eh.
Un besoooo

Ángela dijo...

Miguel, si en el fondo no deja de tener cierto encanto una ciudad enorme, sobre todo de noche. Pero para ir unos días, no para vivir en medio de esa vorágine.
Besos zamoranos, hombre.

Mafalda dijo...

Sí, para ir unos días y ver, disfrutar sus maravillas; las prisas, los ajetreos, las carreras y las miradas al suelo, pá los que están allí.
Mi ciudad es pequeña, pero tiene ya demasiados coches.
Increíble que la calle Alcalá esté tan desnudita, ¿no?
Hum..., ahora cotilleando...¿qué habrá pasado en la primavera del 2006 en tu vida...? ¡Leñe, qué daría yo por tener una bola de cristal que dejase ver un trocito de tu pasado! Claro que,como soy muy "apañá" voy a elucubrar, aunque lo mismo me caigo con todo el equipo: ¿hay una relación con el poema de los que se amaron con discreción, el último de tu otro blog? ¿Y con el de "las letras de tu nombre?
Pues si te apetece, ya me dirás. Si no, da igual, me gusta elucubrar.
Un abrazo fuerte, niña.

Arroba dijo...

¡Qué buenísima foto, gelu! ya no se si captas mejor la realidad con la cámara o con la pluma.
un besazo

Desesperada dijo...

me he sentido transportada a ese recorrido casi mágico que trazas con tus palabras. menuda alma de poeta, nena... muchos bicos.

Anónimo dijo...

jejej a saber a que horas andarias por madrid para encontrarlo tan solitario, besos wapi muakssssss

Anónimo dijo...

Yo también juego a la minibiografías, me encanta imaginar la vida de las personas que van conmigo en el bus o están sentadas en un café... Tienes razón, antes los monumentos y edificios estaban hechos para sobrevivir al tiempo y nada de lo que hacemos ahora sobrevivirá para que lo admiren en un futuro, las ciudades están condenadas a renovarse una y otra vez, a convertirse en monstruos hechos en serie sin sentimiento.
Un besote!!

Caminante dijo...

"A mi me gusta inventaras". Creo que es: inventarlas.
A lo de las grandes ciudades: Yo, nacida en un barrio bajo de Madrid, enamorada de la naturaleza y de la montaña en especial, también adoro Madrid, su casco viejo, quiero decir, pasear por sus calles en invierno u otoño, incluso en primavera, una mañana cualquiera es precioso, poca gente, casi ninguna, un cielo espléndido las más de las veces y ... tanto por recorrer. Mi apellido procede del árabe y se traduce como Caminante, me encantó cuando me lo dijeron. Es que una se encanta fácilmente, que diría cualquiera. Bueno, abrazos. PAQUITA

Llanos dijo...

Querida amiga:

Yo, como me corresponde vivir en una de esas ciudades impersonales y frías (con la fortuna de poseer la luna más envidiada), no me queda más remedio que salir corriendo una vez más, no sin antes dejarte un beso reina mora.

nac dijo...

¡Ay que ver lo bien que has ilustrado lo que siento cada vez que voy a "la gran ciudad". Creía que era cosa mia, que estoy vluntaria y conscientemente apaletada -¿o asilvestrada?-. Ya veo que no, y me alegro de ver que tenemos una afinidad más.

Ángela dijo...

Mafalda, pues no señora, erró usted en sus elucubraciones, doña. Nada que ver. Lo de Madrid fue un paseo por la amistad, entrañable. Lo de los poemas es otra historia...
Un beso, so guapa.

Arroba, muchas gracias, mujer. Viniendo de ti es un honor. ¿Ves? si me lo hubieras puesto ayer, esta mañana habia pagado yo las cañas. Muásssss.

Mujer Desesperada, graciñas, guapa. Hasta que tenga la capacidad de síntesis que tienes tu para decirlo todo en 6 renglones... Bicos.

La_chispa, shuuuuuuu... que si lo digo en alto se va a enterar todiós. Besines, guaja.

Hell, ¿a qué gusta inventar datos improbables, según la cara o el gesto, de personas que nos son ajenas? Un besito.

Loc@, es que los barrios bajos de Madrid tienen su encanto...
Ahora mismo corrigo eso. Gracias Paquita. Un beso.

Llanos, tú tan atareada siempre, huyendo de la injusticia y de las masas. Un besazo, maja.

Nac querida. Aunque no te lo creas, hoy en día estar apaletada es un lujo. Y tu y yo somos muy lujosas. No sabes cuánto me alegra leerte. Aquí o allá, pero siempre. Un abrazo.

Athos dijo...

Y vienen a ser el mayor templo de la soledad.

Besos y te felicito por la acertada reflexión.

Anónimo dijo...

Las ciudades grandes tienen casi de todo: incluo visitantes ilustres que saben percibir ángulos de la capital ocultos a los que habitan en ellas. Por eso es bueno que esos visitantes nos enseñen esos aspectos que se nos escapan. Maravilloso post, Angelusa

Isabel Barceló Chico dijo...

Tienes razón al valorar la vida en el pueblo y su ritmo, distinto del de la ciudad, más natural y humano. Sin embargo, también las ciudades tienen su corazoncito: tienen los barrios, la peluquería de la esquina, la panadería que huele a croissant cuando pasas por delante para coger el autobús, las personas a quienes siempre te encuentras en él y con quien acabas hablando... Dentro de la ciudad existe un microcosmos que no se aprecia desde fuera, pero existir, existe. Y hay que reconocer que ofrece una gama de actividades muy amplia. Yo quiero muchísimo a mi pueblo y voy con mucha frecuencia fines de semana, vacaciones... Sin embargo, creo que en la actualidad me sería dificil renunciar por completo a vivir en una ciudad. Me has hecho añorar los campanarios... Besos, querida amiga.

Mafalda dijo...

Jo! Retiro lo de las elucubraciones... reconozco que han fallado, pero no del todo; te cuento un secreto: ahora ya sé que has ido por esa calle con algun@ amig@. jeje, antes no lo sabía y ahora sí.
Es broma, niña, no te enfades ¿eh?
Besotes.

Charles de Batz dijo...

Siempre ha existido una especie de enfrentamiento o comparación entre lo que es la vida en la ciudad y lo que es en un pueblo. Ahora mismo me viene a la memoria aquél "Menosprecio de la Corte y alabanza de la aldea" de Fray Antonio de Guevara. Como todo, pienso que se trata más de las prioridades que tiene cada uno y de las experiencias que acumula en su haber.

En principio, todos nos hemos acomodado a la forma de vida en la que hemos crecido y pasado gran parte de nuestra vida, sea en el pueblo o sea en la ciudad, y conocemos mejor que nadie las ventajas o desventajas de su caso. Del otro, sólo podremos tener una percepción esquemática fundada sobre todo en tópicos.

Para mí, que la vida en el pueblo tiene un ritmo "más saludable", con mayor contacto con su entorno y seguramente más vital en todos sus sentidos. En cuanto a la ciudad, allí hemos configurado nuestro hábitat a partir de nuestras necesidades: tienes todo lo que puedas necesitar al alcance de la mano, puedes disfrutar del anonimato y desarrollarte más individualmente, pero le falta todo aquello que hace buena a la vida en el pueblo, de la misma manera que a aquél le falta lo que tiene ésta...

En resumen, y perdón por el rollete que suelto, quizá lo mejor esté en el punto medio, en la vida en una ciudad pequeña o en un pueblo grande; aunque, claro, como este es mi caso, estoy hablando de aquello a lo que me he acostumbrado.

Salud y uen fin de semana

Anónimo dijo...

Buena imagen y magníficas palabras. Comparto contigo la afición ha inventarme la biografía de la gente con la que me cruzo. Tengo demasiada imaginación y, además, es un ejercicio muy sano.
Saludos.

Mamen Alegre dijo...

Es una maravilla el vacío y el silencio de las ciudades dormidas, apacibles antes del ruído, en mi ciudad aun esto ocurre algunas mañanas de domingo, estoy pensando en fotografiarlas para enseñarlas en un futuro que espero no sea muy cercano.

Un saludo.

Ángela dijo...

Athos, muchas gracias. A veces la soledad está dentro de uno mismo. No importa que sea la ciudad o el pueblo.

Manel, muchas gracias. Jopé...

Isabel, no seré yo quien te quite la razón, Romana, pero pasa que estaba generalizando. Soy así de simple.

Mafalda, pillina, pillina...

Charles, es ciert lo que dices, se lo acabo de comentar también a Isabel: en vez de hallar el punto medio, intenté metaforizar y claro... dejé matices en el tintero.

Kurtz, muchas gracias. Sí, sí que es un ejercicio muy sano. Y encima no hace daño a nadie.

Malegar, las ciudades de noche sin duda que tiene su encanto. Y bueno, los domingos por la mañana, que dices tú. (Supongo que habrás querido decir en en futuro que no sea muy lejano)

Besos para tod@s y gracias por venir a mi Café.

Anónimo dijo...

Es cierto lo que dices, las grandes ciudades son invivibles, sólo que cuando has nacido en ellas, ni cuentas te das. Buenos Aires padece todas las calamidades que citas, más otras que le agrega el subdesarrollo de esta parte del mundo. Los turistas no lo perciben pero los nativos lo llevamos a cuestas, porque nos duele, y preferimos buscar en cada sitio a los duendes que siempre se las arreglan para sobrevivir.
Me gustaría vivir en un pueblo, no sé si podría, como no sé si podrías tú vivir en una ciudad grande...
Mejor, sírveme un café y saludemos a la primavera de tu pueblo y al otoño de mi ciudad grande y amada.
Besos y besos.

Mamen Alegre dijo...

jeje, pues no, me explico, espero que durante mucho tiempo las calles estén vacías los domingos por la mañana, para que sean una anécdota en un futuro lejano o no muy cercano.

Besos.

Júlia dijo...

Discrepo cariñosamente de la 'lectura' que se hace de las grandes ciudades. Las grandes ciudades son también muchos barrios donde la gente aún se conoce e incluso se reconoce, a pesar de la immigració o quizá gracias a ella. Todas las grandes ciudades tienen sus rincones de tranquilidad, sus momentos de sensibilidad y sus espacios de poesía. Pero para saberlos encontrar hay que amarlas y recorrerlas a pie, yo creo que la tranquilidad y la sensibilidad las llevamos dentro, cada uno de nosotros. A pesar de la discrepancia, felicidades, un blog magnífico!!!

Ángela dijo...

Male,qué alegría leerte, prima mía. Claro... buscar los duendes para sobrevivir... Tomemos ese café desde tu otoño y mi primavera, pero antes déjame darte un abrazo. Prima.

Malegar,ah, ah, disculpa; entendí que te referías a enseñar las fotos en un futuro que esperabas fuera no muy cercano. No capté el sentido de tu frase. Ahora ya está aclarado. Un besiyo.

Júlia,sí, tienes razón, no seré yo quien te la quite. Como ya pusé por ahí arriba, el relato carece de matices; más bien es una visión exenta de romanticismo sobre las bondades de la gran ciudad. Es una descripción metafórica, mujer. Además, si te fijas, centré el relato en las aceras, donde la gente no se para más que para cruzar el semáforo.
Ten buen día. Un beso

Anónimo dijo...

Cuánta verdad hay en lo que dices y qué bien lo dices Angelusa.
Llevaría yo tus entradas a algún nacionalista para que se le curara la alergia tonta al castellano, la más extendida de las lenguas españolas.
Vivir en un pueblo fue durante muchos años mi deseo inconfesable. Ahora lo confieso a todo el que tenga vocación de cura o asimilado.
Besos desde la ciudad, Angelusa.

Concha Pelayo/ AICA (de la Asociación Internacional de Críticos de Arte) dijo...

Angelusa. Esta es la fotografía que te dije hice yo también, casi desde el mismo lugar. Si mal no recuerdo desde el Ministerio de Economía y Hacienda. Lo digo por la bandera, pues estuve esperando a una amiga que trabaja allí y que es de Zamora por casualidad.

Es cierto lo que dices sobre las megaciudades como Madrid, pero hay que reconocer que Madrid es tan hermosa, tan especial...tanto de día como de noche. Yo me siento fascinada por Madrid y cada vez que voy, lo hago con frecuencia, le encuentro más y nás encanto. La verdad es que yo valoro mucho el hecho del anonimato que propician las grandes ciudades. Tengo la creencia de que al ir por las calles e ir conociendo a la gente con nombres y apellidos como ocurre en Zamora, te roban tu intimidad, te roban el pensamiento, te quitan creatividad. En resúmen, se instalan en tu yo y te desestabilizan.

No sé si me he hecho entender.

Un abrazo.

Ángela dijo...

Jovecovick, besos recibidos. Y bueno... para según qué cosas, nunca es tarde. ¡Y hay tantos pueblos esperándote!

Anatema, que sí, que sí, que en ese aspecto tienes más razón que una santa. Pero intentaba describir la otra cara de la moneda, aquella en la que la gente se ignora, no que uno pase desapercibido, sino que...
Es que no me sé explicar mejor, hija. Pero tu me acabarás entendiendo.

Un abrazo para ambos.

Anónimo dijo...

El otro día me dijo mi chico que cada día le gustas más... escribiendo (bueno, realmente dijo: cada día me gusta más cómo escribe esta chica).

Anónimo dijo...

PD: "Los Garbo" son Pau, Ana y Diego.

Unknown dijo...

Hace tiempo que no juego a inventar biografías en 15 segundos, qué buen deporte!!
La calle parece salida de Abre los Ojos!
Salud!

Concha Pelayo/ AICA (de la Asociación Internacional de Críticos de Arte) dijo...

Te había entendido perfectamente. Pero es que desbarro. No te preocupes.

Montse dijo...

Precioso post, Angelusa. Tenía que decírtelo, aunque me propongo una y mil veces "no hablar" (por no romper el silencio, que soy demasiado charlatana)

Un abrazo, guapísima.

Talín dijo...

Cuando entré por primera evz en el blog leí un comunicado, muy tibio como decía también 'angelusa', contra el PP. Hoy he leído en una web este texto que me alarmado:
ANTE LA AMENAZA FASCISTA DEL PARTIDO POPULAR

El Partido Popular se ha aliado a los grupos falangistas y neonazis, a la jerarkía de la Iglesia katólika, y a las asociaciones satélites como la Asociación de Víktimas del Terrorismo, para lanzar un asalto al poder utilizando todos los medios a su alkance. No hay ninguna duda de ke la estrategia promovida por el PP korresponde punto por punto a la ke podríamos enkontrar en los manuales de golpes de Estado fascistas: kampañas violentas desde los medios de komunicación, konstantes movilizaciones en las kalles de las kapas medias y altas de la burguesía, rumores en el Ejército y atake konstante a kienes en el Parlamento, el Gobierno y el resto de instituciones de la “demokracia” burguesa española, no se pliegan kompletamente a la visión de la derecha más reaccionaria.

Podéis leer el komunikado kompleto akí:
[www.pceml.info]

Elkomikado termina animando a votar a kandidaturas que no sean del PP porke "una victoria del PP en estos momentos no significaría simplemente un recambio en la dirección de la oligarquía española, significaría un grave retroceso en las libertades formales, ya seriamente limitadas"

Yo no he ido a esa web, pero lo que dice es grave, ¿cómo lo veis?

Ángela dijo...

Talín, grave no...garvísimo. Un verdadero horror. Vamos a ser testigos de una etapa de retroceso en España. Va,mos a ser testigos no: estamos siendo testigos...
Que las urnas acaben con este principio de pesadilla antes de que sea tarde.
En fin, a ver si se corre la voz.
Un beso.

Arare, muchas gracias, bonica. Tu habla, no pares de hablar, que gusta leerte, mujer.

Anatema, eso ya lo sabía yo:-))

Juan Cosaco, pues sí, es un buen deporte y además de sudar poco, no se producen contusiones ni contracturas.

Quetta y los Garbo, Besitos para los nenes y en cuanto a ti... ya le estás diciendo a Pau que se de prisa en los de los puertos...

Besos a tod@s