viernes, 2 de febrero de 2007

Las horas. Las tribus.

Foto: Gato asomándose. Fermoselle (Zamora)
Me siento a la puerta de casa mirando la tarde y dejo que el tiempo pase a través de mí.
El tiempo ni se pierde, ni se recupera; simplemente pasa. El concepto “aprovechar o perder el tiempo” no es más que una conveniencia social para medir el rendimiento laboral de las personas. A partir de ahí, se ha creado todo un mundo en función de las veinticuatro partes idénticas con las que se ha delimitado una jornada. Todo gira en torno a las agujas del reloj, marcándonos de manera tan prosaica que acabamos siendo agendas de plástico vivientes.
Siempre me han dado envidia las tribus indígenas que no se rigen por horarios, sólo por intuiciones y necesidades. Estudian el cielo, la luna, el curso de los ríos y demás incidencias naturales; entonces crean su propio mundo, sin sobresaltos ni necesidades nocivas (propias del desarrollo económico), hasta que llega el Colón de turno y lo destroza todo (cultura, modos de vida, maneras de pensar...). A cambio, Cristóbal mismo, trajo patatas y no sé que más. Qué tontería, de todas formas hubieran llegado a nuestra despensa del mismo modo que nos han llegado las hamburguesas.
Aún quedan reductos aborígenes, lo sé porque lo he soñado. Además lo he leído en algún sitio, son (perdóneseme la definición tan poco apropiada) especies en vías de extinción por culpa de los “colones” actuales, sólo que ahora en vez de ir a “descubrir” (vaya manera más estúpida de definir el vocablo “destrozar y/o expoliar” ) en vez de ir a descubrir –repito- tierras nuevas para entregárselas a los reyerzuelos de turno, van a explotar los tesoros naturales (la selva amazónica, verbigracia, pero hay desgraciadamente muchos más ejemplos) y a convertir a los indígenas en hombres-espectáculo para mofa del resto del mundo “civilizado” a la vez que, además de quitarles su honor milenario, le quitan también sus asentamientos.
Empecé hablando del paso tiempo y he acabado hablando de tribus. Será, tal vez, porque es en el único sitio dónde las horas no cuentan porque no existe el reloj.

17 comentarios:

Javier dijo...

Qué bonito, Angelusa, es más, yo soy de la opinión de que 'el tiempo' no existe. El tiempo es un invento del hombre (moderno), una convención para administrarnos... en función de lo que vivimos.

Por cierto, ¿qué tal el tiempo por allí?. Aquí amenaza lluvia.

Sólo me ha quedado tiempo para enviarte un beso.

Anónimo dijo...

¡Cuánta razón tienes!.
Siempre me ha llamado la atención eso de "descubrir nuevos mundos". Era, desde luego, una fina manera de describir la usurpación y "jodienda", en todos los sentidos, de los pobres pobladores a los que les tocara el turno.
¡Menos mal que no les da ya a los portugueses por seguir descubriendo por aquí!. Ya veo yo peligrar mi Tejadillo del alma y a mi preparando bocadillos -o algo peor-. Un beso. nac

juanmi dijo...

...será tal vez, porque es en el único sitio donde los espejos no llegan, para escupir los adverbios temporales que nos vigilan.

el tiempo es ese instante que no sabe volver.

1 beso.
juanmi

Ángela dijo...

Javier, aquí llevamos días que amenaza lluvia, pero cae muy tímidamente, a ratos sólo. La temperatura cambia constantemente. A veces hace bastante frío, otras se pone para nevar (o sea, templa el tiempo) pero tampoco acaba de caer... En fin, que el cambio climático también nos afecta.
Un cálido beso para tí.

Nac, eso es "jodienda" en todas sus modalidades. Flaco favor el de los "descubridores". Y tranqui, que los portugueses no creo yo que se líen a conquistar nuevas tierras, qué va, ahora están intantao subir (y de qué manera) la que tienen. Viva Portugal.
Un besito, guapa, que no te veo nada por msn.

Ángela dijo...

Juanmi, ¡qué bonito escribes! Me quedo con ambas frases para siempre.
Un beso intemporal para tí.

Sebastián Puig dijo...

Tengo dos medidas del tiempo: la laboral, como tú bien dices, y mi propia cadencia vital, que es la que muchas veces dicta mi proceder.

De tu post, me quedo con una maravillosa frase que lo resume todo: "Aún quedan reductos aborígenes, lo sé porque lo he soñado."

Un beso.

Anónimo dijo...

Angelusaaaaaaaa, acabo de leer la hora a la que escribiste esta entrada. ¡Bandida!
¿Cómo osas decir que el tiempo no se pierde?
No tienes morro tu ni na
De manera, que mientras tu andabas a vueltas con colón y las patatas, yo te esperaba bajo cántaros de lluvia.
La culpa la tengo yo por fiarme de ti. Me despiertas a horas intempestivas con el cuento de la urgencia.Espero a que me recojas con tu coche en el lugar que marcaste y pasaron las horas...
¿Donde está el tiempo ese que yo dejé de dormir, ein? Claro que no se pierde, como que me lo robaste limpiamente.
Pero esto no ha de quedar impune.
Lo que los incas sufrieron en la conquistate va a parecer pura caricia

Ángela dijo...

Rythmduel, eso es... la propia cadencia vital; lo demás son tonterías.
Un besito y muchas gracias. Te regalo la frase.

Arroba, eres una quejica. Y no te robé el tiempo porque ya tenía yo el mío y para nada quiero dos. De todos modos no viene mal empaparse de vez en cuando. Y bueno, ya evitaré yo verte en los próximos días, esperaré a que se te olvide...
Muásssssss

Llanos dijo...

Yo, como rythmduel, me quedo con tu frase: "lo sé porque lo he soñado".

Me encanta leerte, amiga. Un beso.

Ángela dijo...

Llanos, gracias:-)))
A mú también me gusta leerte, pero te prodigas tan poco últimamente...
Otro beso para tí, amiga:-))*

Anónimo dijo...

El tiempo, como dices, no existe. Existe el espacio pero el tiempo lo han inventado los hombres igual que a los dioses y tantas cosas.
La conquista de nuevas tierras fue lamentable, pero de no hacerlo lo españoles, portugueses, ingleses y alguno más, lo habría hecho hoy día el poder del dinero que ha sustituido a las deidades, a la dignidad y... a tantas cosas. Es el dios de la modernidad y así es adorado por todos, sobre todo por los que lo tienen a raudales.

Ángela dijo...

Tienes toda la razón del mundo, Ula: el dinero nos envilece. Y aún sabiendo, nada, o muy poco, hacemos por evitarlo.

Gusthav dijo...

Buenas Angelusa, el tiempo, pasa, no se detiene, puede ser muy buen amigo cuando pasa algo bueno y se disfruta.

Pero la mayoría de las veces, es el peor enemigo de todos, cuando uno se divierte, pasa rápido, cuando uno trabaja ó está en el cole, pasa muy despacio. Cuando ocurre una desgracia dependemos de él para curarnos, y así.

WSaludos, abrazos y besos.

Nice Day, con toda mi Alma:
Gusthav

Arthur dijo...

Buenas Angelusa, tenés la boca, ó más bien, los dedos llenos de razón y verdad. Ahora muchos somos presas del tiempo, nos estresamos por el trabajo, por entregar a tiempo los deberes del cole, porque se acerca la fecha de hacer algún examen ó prueba, y así, por diferentes razones que causan enfermedades, infartos, hipertensión y el mismo estress (!!!).

Saludotes, abrazotes, y besotes.

Sweet Dreams, de todo Corazón:
Arthur

Ángela dijo...

Esos es, chavos,el tiempo pasa... nosotr@s somos quienes no nos adaptamos.
:-)**

Isabel Barceló Chico dijo...

Durante un montón de años me acostumbré a no llevar reloj y no puedes imaginarte la cantidad de "señales" que aprendes a distinguir para saber más o menos a qué hora estás. Luego, tras muchos años de resistencia, cedí. Aunque he de confesar que se me olvida ponérmelo muchas veces. El tránsito de tu pensamiento sobre el tiempo y su discurrir y las tribus aborígenes de cualquier lugar del mundo es impecable. Pero hija mía, no hay ni un sólo agujero en el planeta que el capitalismo salvaje deje sin echar su zarpa. Besos y hasta pronto.

Ángela dijo...

Fíjate, Isabel, yo nunca he usado reloj. La verdad es que nunca me ha hecho falta. Bueno, de chiquita lo usé por una temporada pequeña, por aquello de presumir (recuerdo que era uno de números romanos que posiblemente aún ande por algún cajón).
El capitalismo salvaje... es lo que destroza todo. Está pendiente una revolución en ese aspecto, pero vaya usté a saber cuándo...
Un besiyo, Romana y muchas gracias, guapa.