lunes, 2 de marzo de 2009

Otro pueblo abandonado
















Fotos: Poblado del Salto de Castro (Zamora)




Hace unos días fui con Gloria a un pueblo abandonado. No era la primera vez que acudía a la llamada de un tiempo que hace años dejó de existir entre esas piedras. Sin embargo ahora fue distinto, nada estaba como la vez anterior: lo que los expoliadores de recuerdos aprovechables no se habían llevado, los gamberros lo habían destruido y pasé de desear entrar a las casas, a la escuela, a la iglesia, a la posada… a poder cruzar libremente el umbral sin ni tan siquiera utilizar la manilla porque todo, hasta las puertas, estaba destrozado.
Hasta el silencio más absoluto entraba y salía impunemente por entre los cristales rotos y ya nada sugería indicio alguno de entrañable intimidad. Resultaba tan triste ver despojado de alma al pueblecito…
Nada hay que me vincule emocionalmente a ese lugar, salvo la proximidad, pero supongo que cuando vuelves después de mucho tiempo al sitio del que te tuviste que ir o del que huíste tú sabrás porqué, pueden suceder dos cosas:
a) Que todo esté en el mismo sitio donde lo dejaste, sólo que ahora ante tus ojos se presenta en forma de recordatorio mientras vas tejiendo telarañas de nostalgia entre las esquinas de los primeros sueños y de los últimos adioses, empapándote de melancolía y,sin querer, inventas otra vez la palabra nostlgia, o b) que las goteras, los periódicos antiguos, los cajones vacíos, las ratas, las grietas… hayan sustituido para siempre a la música del día de la fiesta, a los primeros pasos de los hijos, a la ilusión del primer abrazo en la calleja más oscura, a las noches de verano, a las hojas amarillas de tus otoños adolescentes, a los porqués, a los depende, a los para siempre… y sean ya eternamente pasto del olvido porque nunca más has necesitado retroceder a la época en la que tu vida era aquel lugar y te de igual que esté destruido porque en tu memoria ya no existe.
Sólo el embalse permanece inmune al paso de esas horas preñadas de abandono; por el mismo cauce de siempre discurre el agua que viene del río tras caer del cielo.
Quién sabe si la misma de antaño…

18 comentarios:

Jove Kovic dijo...

Estos pueblos abandonados me llenan de tristeza. Aquí, en Cataluña, hay unos cuantos. No pocos de ellos de belleza que notable; y nadie intenta cuidarlos, salvo los especuladores subidos al carro del turismo "sostenible".
Besos.

Anónimo dijo...

Sí, ese agua es la misma, porque todo vuelve y todo es, en el fondo, lo mismo.
Saludos.

Anónimo dijo...

Hola,esta entrada me recuerda mucho a unas que yo he escrito,me gustaria que las leyeses .
yo soy de un pueblo abandonado en valencia, viví en él ,mis padres,mis abuelos,y luego asistimos a su destrucción de todo tipo.Siento nostalgia..mucha ..necesitaba escribir sobre ello,sobre mi infancia,mis padres jovenes..al recordar a mi querido pueblo ..incluso escribirle un poema al castillo...me ha hecho sentirme mejor.
Esta semana se presenta un libro sobre pueblos desaparecidos ...yo iré..te enviare datos

Saludos

Arroba dijo...

Me encanta cómo has descrito la impresión que recibiste de aquel lugar, Gelu. Es curioso cómo cada uno recibimos unas impresiones tan diferentes del lugar que estamos viendo. La tuya, preciosa.

Isabel Barceló Chico dijo...

No he estado nunca en un pueblo abandonado. Creo que encontraría demasiados fantasmas... Un beso enorme, querida amiga.

Anónimo dijo...

Tu relato me hace recordar a una maravillosa novela de Julio Llamazares titulada "La lluvia amarilla". En ella se narra la última noche del último habitante de un pueblo abandonado en el Pirinieo oscense.

Si no la leíste,te la recomiendo. Tiene una prosa maravillosa que seguro te gusta.

Talín dijo...

El tiempo amiga, el tiempo. Con su lima. A veces cruel.

Abrazos

Kurtz dijo...

A mí también me llena de tristeza un ver un pueblo abandonado. Da la sensación de que el tiempo pasa en todo el mundo menos allí.
Saludos.

Moony-A media luz dijo...

No, el agua también es otra y ya no dejará señales en los rostros de siempre,porque,desaparecieron tras la humedad del embalse.
Nostalgia de una vida que ya no está ni es la misma.

Un beso enorme, Ángela. Te sigo echando de menos.

Caminante dijo...

supongo que cuando vuelves después de mucho tiempo al sitio del que te tuviste que ir o del que huíste tú sabrás porqué, pueden suceder dos cosas:
a) Que todo esté en el mismo sitio donde lo dejaste,(...) o b) que las goteras, los periódicos antiguos, los cajones vacíos, las ratas, las grietas… hayan sustituido para siempre

En la línea de Júcaro te comento, conozco el pirineo aragonés desde hace... 33 años, puedo decir que lo conozco porque, además de pasar las vacaciones de verano en él, he hablado con los montañeses, con los que siguen, con los que se fueron. Huesca es de las provincias con más pueblos abandonados, algunos -pocos- obligados por la amenaza del embalse futuro, la mayoría se exiliaron económicamente, con todo, todos -los conocidos míos- aman a su pueblo, aunque algunos no quieren volver por no ver en lo que se han convertido, cadáveres quebrantados, asolados por el tiempo, las vacas, los "anticuarios" -así se autodenominan los que expoliaron los pueblos y vendían sus mercancías en almacenes propios, los vándalos y... los propios vecinos, aprovechando lo de "a río revuelto..." Me estoy acordando de Ayerbe de Broto, Virginia lo dejó para casarse y vivir en el pueblo de su marido -Bergua- con el tiempo también tuvo que abandonar éste, para irse a Barcelona a buscar un futuro mejor para sus hijos. Bergua ha sido repoblado "voluntariamente" por madrileños "enamorados" de aquello, muchos -la gran mayoría- abandonaron tan dura empresa, los menos se quedaron y fueron llegando algunos más cuando lo vieron algo más vivible. Ayerbe se despobló por completo, sólo quedan las ruinas y los saúcos llenándolas, casi cubriéndolas por completo. Mucho dolor para quien lo amó.
Hablo, como Llamazares, del Sobrepuerto y algo más. Besos. Me he puesto nostálgica, como bien decías. PAQUITA

Anónimo dijo...

Hace unos días he pasado por el jardín de mi niñez, curiosamente aún sigue en esa zona del centro de Madrid, pero sin niños. He visitado el rincón donde mi amiga y yo enterramos unos papelitos en los que escribimos nuestros deseos de entonces. He sentido una sensación "cuasi religiosa" y pensé ¿que habrá sido de esos papelitos? ¿cuales serían nuestros deseos? Me dió ganas de arañar la tierra y buscar pero he preferido quedarme con el recuerdo de dos niñas enterrando sus íntimos deseos y no descubrir la triste realidad ¡no hay ya nada!.... ¿Estarán allí?

Miguel Schweiz dijo...

Jo Angelus, lo mismo me pasó hace unos años. Por Fuerteventura y también escribí sobre ello (está en mi bloog de relatos.) Lo que pasa que en este caso eran pueblos abandonados desde hacía mucho tiempo. Gente que se fue a América.

Pero en esto que cuentas, que es lo que se ve en tantísimos lugares de España, da mucha tristeza. Ciudades comprimidas y campos desolados y abandonados, ruinas.

Las fotos son el marco perfecto...

Besotitos, muchos

Anónimo dijo...

a o b, que es lo mejor?

Anónimo dijo...

yo me crié en ese pueblo y no te imaginas lo que se puede sentir al ver lo que ha formado parte de tu infancia, tus juegos, tu familia (de la que ya faltan los progenitores).
Es una tristeza tremenda la que se sinte y una sloedad infinita......
Me gusta tu blog, si no te import lo leeré de vez en cuano.

Rocío dijo...

Acabo de llegar a mi casa después de pasar toda la tarde con un amigo en el poblado de Castro. Vivo al otro lado del río y nunca había ido hasta allí, a pesar de escuchar mil historias de ese lugar. Mi sorpresa ha sido enorme. Creo que fue uno de los pueblo más bonitos que he visto y sin embargo todo estaba destrozado. Imagino las vidas que como las de Marian un día formaron parte de aquel precioso lugar, a las gentes que se asomaban por las ventanas de sus casas para contemplar las maravillasos vistas a los arribes del duero. Pero ahora cuando te asomas a esas ventanas los cristales rotos y las contraventanas descolgadas te sobrecogen.
Nadie puede hacer algo por ese lugar?

josefa dijo...

yo naci en salto de castro,si alguien vivio alli,me gustaria charlar para recordar viejos tiempos.

JLVieites dijo...

Estuve el pasado día 18 de agosto de 2010.
Viví cinco años en el Salto y vuelvo de vez en cuando a ver el estado en que se encuentra el poblado...¡patético! Las autoridades o la propia empresa que lo gestionaba (Iberdrola) lo tienen dejado de la mano de Dios, reina el vandalismo.

Mikel dijo...

Acabo de conocer hoy mismo el lugar.
Me gustaría saber que historias se cuentan sobre el pueblo, y el motivo de que se abandonara por completo.
Seguiré esta lista de comentarios para poder ver las publicaciones.

La intriga me quema dentro.


Un saludo y gracias por adelantado.